Editorial
Ciarmatori Silvia
Sección Planificación Familiar, Servicio de Ginecología
del Hospital Italiano de Buenos Aires.
El debate que nos merecemos
En los últimos días se ha iniciado en el parlamento el debate por la despenalización del aborto: un debate instalado desde hace décadas en la sociedad, pero solo recientemente incorporado a la agenda política. Es mandatorio que se trate de un debate serio, profundo, transversal, respetuoso, responsable, apolítico, que vaya más allá de cualquier interés partidario.
En un tema tan sensible, complejo y polémico es inevitable que confronten innumerables argumentos que sostienen las diferentes posiciones. Muchos de estos argumentos –no todos- tienen su lógica y no deben descalificarse. Desde la mirada de la salud pública, la legalización de la interrupción del embarazo intenta dar respuesta a una situación devastadora que existe en nuestro país. Con más de 500.000 abortos por año, con un 17% del total de las muertes maternas debidas a abortos entre los años 2014 y 2016, con el hecho de que 2 de cada 10 de las mujeres fallecidas por causas maternas murieron por abortos inseguros, y considerando que la muerte por abortos inseguros es la primera causa individual de muerte materna desde 1980 en la Argentina, es imposible que los responsables de la salud pública no busquen una respuesta a esta situación. Desde la mirada de la salud, la despenalización del aborto intenta generar un marco de igualdad de oportunidades para que toda mujer que tome la difícil decisión de interrumpir la gestación, independientemente de cual sea su causal, su situación socio económica y del lugar geográfico en que se encuentre, pueda tener acceso a un aborto en condiciones seguras, sin riesgo de vida, en forma gratuita y con adecuada contención emocional. En el año 2013, casi 50.000 mujeres se internaron en los hospitales públicos por problemas relacionados con el aborto: 2 de cada 10 tenían 19 años o menos; 3 de cada 10 tenían entre 20 a 24 años. Esto muestra la vulnerabilidad de las mujeres más jóvenes, y generalmente más pobres, en la problemática del aborto.